“Nosotros no somos Boca”. La frase se escuchó y se escucha una y otra vez en el Monumental cuando algún dirigente tiene que responder el porqué no echan a Martín Demichelis. Las formas, la imagen y el discurso son muy importantes para la Comisión Directiva de River y trazan esa comparación como para distanciarse de los despidos en una estación de servicio.
Claro que muchos de los que escuchan esa respuesta no se van del todo convencidos porque entienden que hay momentos en los que hay que ajustarse el cinturón y tomar decisiones fuertes más allá de las formas.
Sin embargo, no parecerse a Boca no es el único motivo que sostiene a Martín Demichelis en el banco de suplentes de River. Hay más razones por las que el cordobés todavía sigue siendo el técnico millonario. Primero, él mismo porque dice estar convencido de que puede revertir este mal momento y no piensa renunciar.
Más allá de los gustos y los deseos de los hinchas, la postura de Demichelis es entendible. Es su primera oportunidad como técnico de Primera y no quiere ser él quien le ponga el punto final, aunque algunos directivos entienden que “es el gesto que debería tener”. Antes de eso hará todo lo posible para revertir el mal momento futbolístico de su equipo, algo que se veía antes del parate por la Copa América y que no se revirtió en la reanudación del campeonato.
¿Por qué los dirigentes de River no quieren despedir a Demichelis?
Del lado dirigencial, el DT todavía cuenta con el respaldo de los dirigentes más importantes, a pesar de que reciben mensajes de sus compañeros de CD pidiendo terminar con este ciclo. Y en eso hay cuestiones del juego político y del mapa de opciones que (no) tienen cuando piensan a quién buscar si hubiera que reemplazar a Micho.
Desde lo político, el principal sostén es Matías Patanian. Él fue el principal impulsor de Demichelis para reemplazar a Gallardo. Justamente pensando en la sucesión del Muñeco, el vicepresidente había hablado varias veces con el DT que trabajaba en el Bayern Munich y quería jugarse esa ficha. Incluso, para Enzo Francescoli, quien había elegido a Gallardo después de la renuncia de Ramón Díaz, no era la primera opción.
Teniendo en cuenta esto, que Demichelis termine mal sería una derrota política interna para Patanian. No hay que olvidarse que en 16 meses habrá elecciones en River y ya se piensa en la sucesión de Jorge Brito. Justamente Patanian es uno de los que quiere ese lugar, al que también aspira Stéfano Di Carlo, actual secretario general.
¿Y Brito qué piensa de Micho? Por ahora también se mantiene en la línea de respetar el contrato y sostenerlo. A él tampoco le gustaría un final agrio justo en la primera experiencia post Muñeco que le tocó surfear como presidente. Porque a esta conducción de River, si se cuenta desde el inicio de la era D’Onofrio hace ya más de una década, le tocó no transitar por tormentas con los técnicos gracias al exitosísimo ciclo de Gallardo. Pero en años anteriores, los cambios de DT eran habituales como en todos los clubes, con los resultados mandando.
Si Gallardo no pasó por cuestionamientos fue porque los títulos lo respaldaron e invirtió la carga: él era el que ponía incómodo a los directivos cuando llegaban los fines de año y les decía que necesitaba tiempo para pensar si quería seguir o no.
¿Qué pasará con el futuro de Demichelis?
Hoy sigue siendo el técnico. El lunes, quién sabe. El clima que haya en el Monumental contra Sarmiento y el resultado de ese partido serán factores determinantes. El ciclo de Demichelis entró en un plazo fijo de partido a partido y encima cada vez falta menos para el cruce de octavos de final de Copa Libertadores frente a Talleres.
Ese es otro condicionante para la CD. Faltan menos de tres semanas para el choque de ida en Córdoba y, al menos por ahora, eligen seguir con Demichelis a traer un nuevo técnico que casi sin tiempo de trabajo tenga que asumir ese desafío determinante en la Copa Libertadores.
Si se va, ¿quién puede reemplazar a Demichelis?
No parecerse a Boca, las jugadas políticas y el tercer punto de esta historia es la falta de candidatos para hacerse cargo del banco de suplentes de River si el actual DT no sigue en el cargo. Ramón Díaz duró poco en libertad y ya volvió al ruedo en Corinthians. Hernán Crespo gana dólares árabes, pero los resignaría si le abriesen las puertas de Núñez, pero no tiene un consenso que lo imponga.
Eduardo Coudet acaba de salir de Inter de Porto Alegre y siempre suena, pero por lo bajo los dirigentes hace tiempo que comentan que no les cierra por completo la personalidad del Chacho. Y tampoco lo ayuda que su representante sea Cristian Bragarnik, un agente al que prefieren evitar por el Monumental.
¿Y Marcelo Gallardo? Obviamente el Muñeco es el favorito de todos los hinchas, el que quieren que vuelva y por el que es posible que pidan los que estén en las tribunas el domingo. Después de su fallido paso por Arabia, tiene pensado quedarse en Argentina por motivos familiares y, de hecho, se mostró esta semana en Mendoza festejando el cumpleaños de Benjamín, su hijo menor.
En un escenario complicado, sería el único capaz de descomprimir el ambiente, calmar a los hinchas y después quedaría por delante el desafío futbolístico de acomodar a un plantel con falencias, que ya pareciera no responderle a Demichelis. De hecho, son varios los futbolistas que cuestionan a Micho en la intimidad hablando con sus amigos y familiares. No están convencidos y lo que les transmite el cuerpo técnico tampoco les llega.
Pero un hipotético regreso de Gallardo también tendría implicancias en la política del club. Para algunos sería como una derrota tener que ir a buscarlo. Vale recordar que hace unos meses se supo que el Muñeco estaba evaluando la posibilidad de participar como candidato en las próximas elecciones. Y en ese juego, MG estaría más cerca de Di Carlo que de Patanian.
Lo cierto es que, a pesar de la dura caída ante Godoy Cruz del martes, Demichelis sigue siendo el DT de River. “A los técnicos hay que respaldarlos hasta un minuto antes de echarlos”, decía Alfredo Davicce, histórico presidente de River en la época más gloriosa de la década del 90. Por ahora, Micho sigue contando con ese respaldo de los dirigentes…