La Selección Argentina quedó eliminada en los octavos de final del Mundial Sub-20 tras ser derrotada 2-0 por Nigeria. Así, Javier Mascherano acumula un nuevo golpe como entrenador tras el fracaso en el Sudamericano de la categoría y la segunda oportunidad que recibió cuando AFA consiguió la sede del torneo que se le había quitado a Indonesia.
Inmediatamente después de esa derrota, el DT dijo que su continuidad dependerá de la decisión de Claudio Tapia y remarcó que el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino tiene “la renuncia en su escritorio” en el caso de que quisiera dar por terminadas las relaciones.
La frase, por supuesto, resulta incómoda. No es normal que un entrenador esté dispuesto a irse ante cada obstáculo y conspira contra la seriedad que se le quiere dar a un proyecto deportivo que sigue considerándose formativo y en el que por ende no deberían mandar exclusivamente los resultados.
Entendido así, Javier Mascherano debería seguir al frente del equipo y trabajar con vistas a un próximo objetivo: el Preolímpico de Venezuela en el que la Selección Argentina, ahora bajo formato de Sub-23, deberá buscar la clasificación a los Juegos Olímpicos de París.
Cabe resaltar que todavía no se ha confirmado una fecha para este torneo y esto tiene que ver con que previamente deben disputarse los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile, del 20 de octubre al 5 de noviembre, a los que la Selección Argentina tampoco logró acceder por su rápida eliminación en el Sudamericano.