En su regreso a la ciudad, Bad Bunny dio un concierto en la Arena Monterrey e hizo explotar a todo el público presente. Dio una verdadera fiesta de trap y causó sensación en el lugar.
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“Gracias por estar conmigo, gracias por recibirme una vez más. Estoy muy contento de estar una noche más aquí, gracias por creer en mí, gracias por tenerme en esta tarima, yo quiero ver ¿cuál activa está la gente de Monterrey está noche?”, mencionó en su ingreso.
La gente, enamorada del artista, comenzó a tirarle pertenencias. Pero hubo una que hizo mucho ruido: al puertorriquño le lanzaron una playera de futbol y la tomó inmediatamente.
Se trata de la camisa de Rayados. El cantante se la apropió y siguió el show con la remera de Rodolfo Pizarro con la 20 en la espalda.
¿Se habrá enamorado de los colores? Lo cierto es que La Pandilla tiene fundamentos para pensar que su equipo le haya robado una parte del corazón a Bad Bunny.