Tigres lo volvió a hacer: conquistó un nuevo título de Liga MX y esta vez sin ser nunca el máximo favorito. Ni en fase refular, ni en semifinales, ni en la final.
Tal vez por eso el festejo fue también un desahogo y un llamado de atención a quienes los dieron por muertos.
Y el festejo fue en terreno rival, porque Tigres hizo valer en Guanajuato el triunfo obtenido como local y le alcanzó con la igualdad sin goles para volver a coronarse.
En pleno festejo, se dio un momento más que curioso entre dos referentes de la plantilla como André-Pierre Gignac y Guido Pizarro.
El francés quería sostener el trofeo y, al ver que el argentino no lo soltaba, utilizó un método tan particular como efectivo. ¡Un toquetón!





