Miguel Herrera es historia viva en el América: sus cinco títulos en el club lo ponen como el entrenador más ganador en el último tiempo.

Entre tantas cualidades que puede presentar en el banquillo, hay una que la destaca y que es fundamental en cualquier director técnico: cómo potencia a futbolistas que tiempo atrás estaban pasando por un franco declive.

Con Giovani Dos Santos, el Piojo afrontará un nuevo reto con un futbolista que llegó a México con muy poco rodaje. Casi perdido en la MLS. Los antecedentes amparan al nacido en Cuautepec.

El 30 de mayo de 2012, la incorporación de Rubens Sambueza al equipo le provocó una lluvia de críticas. Sin embargo, quien provenía de Estudiantes Tecos fue fundamental para que el cuadro de Coapa se quede con los títulos de 2013 y 2014. Además, fue elegido como mejor jugador en una de las dos Liga de Campeones que obtuvo.

Mismo fue el caso de Francisco Rodríguez, quien no tenía mucha continuidad en Alemania y llegó a Las Águilas con pocos pergaminos. Eso no se demostró en ningún momento. Su nivel le permitió consagrarse en 2013 y disputar el Mundial de Brasil con la Selección mexicana en el 2014.

Lo de Miguel Layún fue el caso más resonante. En un contexto muy complicado para el club (que pasaba una de las peores crisis futbolísticas más fuertes de su historia), muchas veces se le apuntó injustamente. A pesar de las numerosas críticas, Herrera confió en él y el lateral tuvo un muy buen nivel en el Clausura 2013 y anotó el gol del triunfo en la Final ante Cruz Azul. Un año más tarde, se consagró nuevamente y se convirtió en un ídolo para la afición.

El caso de Dos Santos es complicado, sin embargo, y por suerte para el América, está en manos de un experto...