Sin Carlos Tevez ni Eduardo Salvio, Miguel Ángel Russo paró un esquema alternativo en el debut de la Copa Libertadores 2020. La gran obsesión de Boca podía esperar por la definición de la Superliga Argentina.

En Venezuela, Caracas se paró como el duro rival que es, pero desde la primera parte demostró sus falencias en ataque y defensa.

A los 25 minutos, Sebastián Villa leyó a la perfección del desmarque de Wanchope Ábila, asistió a su compañero y el centrodelantero abrió el marcador.

Antes del entretiempo, Wanchope puso el 2-0, pero un error del juez de línea de esa mitad del campo lo privó de su segundo gol.

Sin embargo, Iván Marcone hizo todo lo necesario para que Jorman Campuzano no salga nunca del equipo de Russo: generó innecesariamente el gol del empate de Caracas.

Igualmente, no por eso hay que sacarle mérito a la extraordinaria pegada del venezolano Robert Hernández, quien entre potencia y precisión rompió el ángulo que custodiaba Esteban Andrada.

Boca fue más y no tuvo la efectividad de su rival. Caracas rescató un golazo que llegó de un error de la visita. Punto que vale para el Xeneize, que siempre tuvo la cabeza en la última jornada de la Superliga Argentina.