Con la guerra de Ucrania, tras la invasión rusa en el país europeo, el mudo del deporte también recibió un cimbronazo que afectó todos sus estamentos. Ni hablar de Rusia y Bielorrusia, cuyos deportistas sufrieron sanciones por las acciones de Vladimir Putin y sus sangrientos acólitos.
En medio de esta situación, Piotr Ivanov reasumió la presidencia de la Federación Rusa de Atletismo (FRA) y afirmó que tendrá una reunión con los directivos de World Athletics (WA) para peticionar cambios y reducciones en las sanciones que pesan sobre sus deportistas.
Ivanov acaba de purgar los dos años de sanción impuesta a los altos funcionarios rusos por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), tras conocerse el dopaje sistemático que se implantó en Rusia desde las más altas esferas del estado.
“Felicito a Piotr Ivanov por el regreso al puesto de presidente de la FRA”, dijo Oleg Matitsin, ministro de Deportes, durante el congreso de la FRA. Ivanov fue ungido presidente en las elecciones celebradas en noviembre de 2020 al derrotar a la legendaria velocista rusa Irina Priválova, todavía en posesión del récord mundial de 60 metros en pista cubierta conseguido en Madrid en 1993, con una marca de 6,92 metros.
Regreso con dudas desde el COI:
El regreso al cargo por parte de Ivanov se dio al mismo tiempo que el Comité Olímpico Internacional (COI) realiza un debate interno para definir a si los deportistas rusos podrán volver a competir y en qué condición lo harían. Por el momento, el COI dejaría (en potencial ya que aún no lo confirmó) que esto suceda bajo una estricta neutralidad.
Por su parte, Ivanov afirmó que “la reunión tendrá lugar con absoluta seguridad antes de marzo”. La FRA fue excluida en 2015 tras el escándalo con el dopaje a cargo del Estado ruso. En marzo de 2023, el Consejo de la WA tendrá en sus manos un nuevo informe realizado por expertos respecto a la situación para confirmar si hubo algún progreso al respecto.
Por el momento, para Sebastian Coe, presidente de la WA, “nada ha cambiado” y queda latente la definición de la última Cumbre Olímpica, en la que se decidió que cada Federación podría ser la encargada de definir si acepta o no los deportistas rusos y bielorrusos.
Coe fue enfático y reiteró que la situación de Rusia es aún más compleja por la suspensión que afronta desde noviembre de 2015 al comprobarse la implementación de un sistema de dopaje institucionalizado. “Vamos a seguir protegiendo la integridad de nuestro deporte. Todos los deportistas, así como el personal técnico y directivo, están excluidos de todos los eventos organizados por World Athletics para el futuro próximo”, precisó Coe.
En los últimos tiempos, los atletas rusos no pudieron competir tanto en el Campeonato Europeo (Múnich) como en el Mundial (Eugene).
Con todo esto, el futuro de los atletas rusos continúa en un cabildeo constante. Mientras esperan poder volver a competir, continúan entrenando en su país de origen.