El fútbol es así: un día la gloria y al otro el fracaso. Ya lo vivió, lo vive, un Real Madrid que ya se ha comido dos entrenadores tras ser tricampeón de Champions League y que tampoco ha podido enderezar el rumbo con el regreso de Zinedine Zidane.

Desde ayer lo vive Barcelona, que llegó a Anfield campeón de liga, finalista de Copa del Rey y con ventaja de 3-0; pero se fue derrumbado. Tanto que la prensa española, al igual que muchos aficionados, ya están pidiendo más salidas que en la mismísima Casa Blanca.

La lista comienza por el entrenador Ernesto Valverde, destinatario de la mayoría de las críticas por no haber encontrado respuestas para frenar a un Liverpool que ya en el Camp Nou y a pesar de la holgada derrota le había dado una lección táctica.

Entre los futbolistas, el pulgar para abajo es para muchos. Algunos estaban sentenciados desde hace tiempo; pero hay nuevas víctimas por no haber estado a la altura de las citas más importantes.

 

Entonces, de Murillo, Boateng, Coutinho y pocos más, la lista se ha extendido a nombres de peso mucho mayor, como Ivan Rakitic, Luis Suárez e incluso Jordi Alba. Tal vez se salve Busquets, pero solo para dar el lujo de retirarse en el club a un futbolista que ha sido parte de los días más gloriosos, pero que por rendimiento actual no ha podido justificar su permanencia.

El fútbol es así, un día la gloria y al otro el peor de los fracasos. Y ahora resulta que en Barcelona la limpieza puede ser mayor que en Real Madrid.