El primer triunfo de Mikel Arteta como entrenador del Arsenal a punto estuvo de sellarse nada menos que en el Derby de Londres ante Chelsea. Pero Los Blues se encargaron de demostrar que esta temporada, para los Gunners, todo cuesta una vida.
En un Emirates comlado, Pierre Emerick Aubameyang fue el encargado de abrir el marcador con un tanto de cabeza a los 13 minutos del primer tiempo.
Una vez más, el gabonés demostró que supera la talla de un equipo de rendimiento irregular a lo largo de toda la temporada y justifica el interés que muchos de los clubes más poderosos de Europa tienen en hacerse de sus servicios.
Arsenal había hecho los méritos suficientes, más allá del gol de Aubameyang, para irse en ventaja al descanso, consiguiendo por momentos elaborar buenas jugadas de fútbol asociado.
Sin embargo, el Chelsea de Frank Lampard lo llevó por delante en el complemento y contó con sobradas opciones para empatar, haciendo que Arsenal jugara cada vez más cerca de la valla defendida por Leno.
El empate llegó, finalmente, a ocho minutos de que se cumpliera el tiempo reglamentario, tras una muy mala intervención del portero leno que le permitió marcar a Jorginho. Se revisó el VAR para ver si había existido una infracción en ataque, pero el tanto terminó por convalidarse.
Si el golpe había sido duro para los aficionados en el Emirates, qué decir del tanto del juvenil TammyAbraham a los 87, que se clavó como una puñalada en el corazón de los Gunners. Fue triunfo de Chelsea, que se consolidó en zona de clasificación a la próxima edición de la Champions League y dejó hundido al Arsenal, más cerca de los puestos de descenso que de la posibilidad de pelear el campeonato.