Después de un gran primer tiempo del Athletic Club, Real Madrid se despertó para la segunda parte y encontró el empate.

En San Mamés, la Casa Blanca igualó el marcador en su mejor momento y con su cabeceador menos pensado: Isco.

Pasada la hora de juego, los de Bilbao durmieron en la banda izquierda y eso significó campo libre para que pique Gareth Bale.

El galés centró con la diestra, mandó un pase perfecto para que Isco aparezca solo y empate el encuentro.