La fragilidad con que Mallorca pisó el Camp Nou fue propia de un equipo que marcha en la tabla de posiciones en las puertas de la zona de descenso.
En el primer tiempo, Barcelona se hizo un festín con el equipo de visitante, pero lo que pasó en el 4-1 es casi inexplicable.
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Sin embargo, vamos a tratar de ponerlo en palabras: Frenkie de Jong tocó con Sergio Busquets, quien le devolvió una pared; tocó con Sergi Roberto, quien le devolvió una pared.
En el área, el holandés asistió a Luis Suárez, quien hizo la diagonal perseguido por su marca, que nunca vio lo que estaba pasando.
El delantero charrúa metió un taco de espaldas espectacular para el cuarto gol del equipo de Ernesto Valverde.
¡Una bestialidad!
