En el segundo tiempo, Barcelona no la pasaba nada bien ante Lyon: la visita había descansado y estaba cada vez más cerca de igualar el resultado y dar vuelta la serie por el gol de visitante.

Sin embargo, Lionel Messi apareció para darle tranquilidad al Barcelona a casi diez minutos del final.

Sobre la medialuna del área, el Diez y capitán del conjunto azulgrana condujo, enganchó dos veces y dejó tirados a los defensores que se le interponían.

Ante el arquero, Messi definió de derecha y el balón casi que pidió permiso para el 3-1 del Barcelona.

Lo solucionó el Diez, amigos.