En un partido muy ajustado, que se definió por un mal pase atrás Simone Zaza que aprovecharon Mario Mandzukic y Cristiano Ronaldo, Juventus venció al Torino.

Sin embargo, el propio portugués lo pudo haber liquidado sobre el final y ahorrarle un par de momentos de sufrimiento a Massimiliano Allegri.

Paulo Dybala hizo una gran jugada por derecha, tocó con Emre Can, quien se la devolvió de taco, y el argentino se la cedió a Cristiano para le devuelva la pared.

Pero el atacante tenía otros planes: se jugó la personal, remató al arco pero los defensores del Torino le anularon el tiro, que salió a las manos del arquero.

Y sí, Dybala se lo quería comer a Cristiano, quien nunca pensó en su compañero.