Fue el capitán, el gran goleador y la máxima figura. No obstante, de un día para otro, una gota rebalsó el vaso y las relaciones entre Mauro Icardi e Inter se cortaron de raíz. El delantero argentino estuvo más de seis meses parado hasta que llegó el mercado de pases de mitad de este año.

Paris Saint-Germain, en el último día del mercado europeo, lo oficializó como su nuevo delantero para cubrir el hueco que había dejado Edison Cavani, quien empezó la temporada lesionado y perdió su lugar.

Ahora el argentino tiene el rol que había perdido en el Nerazzurri y en París están encantados. Por eso, quieren dejar de tenerlo a préstamo y usar la opción de compra que firmaron con el club italiano.

PSG había firmado una opción para ficharlo de forma definitiva de setenta millones de euros, que podría ejecutar a final de temporada. Hasta ahí era todo perfecto para el equipo jeque de Francia porque la decisión era solamente suya, de una parte.

Sin embargo, según informó Corriere dello Sport, la última palabra no es del Paris Saint-Germain, sino del propio jugador.

En el contrato que firmó con el equipo de Francia, Icardi puso una cláusula para ser él el que decida su futuro: si PSG quiere ejecutar la opción de compra, solamente podrá si él está de acuerdo con eso.

Igualmente, según sus declaraciones ante la prensa y el ánimo que muestra día a día, Icardi también quiere quedarse para la próxima temporada. Regresar al Inter parece no ser una opción para él.