Quique Setién lo ha dejado claro en su conferencia de prensa de presentación: durante los últimos 14 años se lo ha pasado mirando al Barcelona por televisión. Y así, como telespectador, ya había sacado algunas conclusiones.

Y es que desde aquellos años iniciales, que de seguro habrán vuelto a Setién un enamorado del fútbol culé, hasta este presente en el que recurrieron a él en emergencia; Barcelona ha ido perdiendo identidad.

Tal vez por eso es que Quique Setién haya llegado al club con la idea fija de volver a dar lugar a los canteranos, a los futbolistas que se formaron en la escuela de La Masía y que entienden a la perfección cuál es el gen Barca.

No tardó en convocar a los entrenamientos a Carles Pérez y Ansu Fati, sus dos elegidos para reemplazar a Luis Suárez sin necesidad de acudir al mercado de fichajes, así como también a Riqui Puig, la joya del filial, e Iñaki Peña.

Pero la intención de Setién no solo pasa por dar mayor rodaje a los mejores futbolistas del Barcelona B en el primer equipo, sino también por hacer que los más jóvenes comiencen a habituarse a los entrenamientos del primer equipo.

Por esta razón es que sorprendió también con la presencia de dos futbolistas del Juvenil A: el central Xavier Mbuyamba, de 18 años, y el delantero Jaume Jardí, de 17 años.