Una de las grandes incógnitas en la plantilla de Ernesto Valverde fue Malcom, quien llegó al Barcelona en el último mercado de pases y no tiene muchos minutos.

Sin embargo, el entrenador le dio su cuota de confianza este martes y el brasileño le respondió a la perfección.

El extremo ingresó a los 81 minutos y a los 83 ya puso a celebrar a todos: ganó en velocidad, enganchó y clavó un golazo.

Y sí, Malcom no pudo aguantar las lágrimas y quebró en llanto.