Llegó el momento de la gran final de la Supercopa de España entre Barcelona y Athletic de Bilbao, que se encontraron frente a frente con la ciudad de Sevilla como escenario.

Por un lado, los catalanes, de andar irregular en lo que va de la temporada, acudieron a esta instancia luego de dejar en el camino a Real Sociedad.

Por el otro, la formación vasca, que hace apenas algunos días dio el gran golpe al barrer a un gigante como Real Madrid para meterse en el compromiso decisivo.

En ese contexto, los de Ronald Koeman comenzaron con el pie derecho: Lionel Messi abrió para Jordi Alba, que la metió hacia el medio para el 1-0 de Antoine Griezmann.

En dicho momento, todos imaginaron que Barcelona jugaría con tranquilidad, manejaría los tiempos y ampliaría diferencias. Sin embargo, pasó todo lo contrario.

Apenas unos instantes después, Óscar De Marcos aprovechó una distracción de la defensa de Barcelona para decretar el 1-1 con el que se fueron al descanso.