La espera llegó a su fin. Esta tarde, Chelsea y Manchester City se enfrentan en el partido correspondiente a la final de la UEFA Champions League. En Portugal, y con público en las tribunas, dos de los mejores equipos del fútbol inglés se ven las caras en un encuentro repleto de expectativa.

Desde el vamos, se presupuso que sería un encuentro repleto de ocasiones entre dos equipos que priorizan el fútbol ofensivo. Para empezar, Pep Guardiola decidió alinear a Ilkay Gündogan en una posición más defensiva y dejó afuera a Fernandinho y Rodri.

Por supuesto, Thomas Tuchel buscará atacar a las espaldas de los laterales e intentar ganar el mediocampo de la mano de N'Golo Kanté. Y gran parte de eso lo viene logrando gracias a los aportes de Mason Mount, Kai Havertz y Timo Werner, tres futbolistas muy desequilibrantes.

Fue Havertz el hombre encargado de abrir el marcador. El alemán recibió un excelente pase de Mount y eludió a Ederson para convertir el 1 a 0. La afición blue enloqueció en las tribunas y sueña ya con su segunda Orejona.