Vergüenza pura. Un partido de la Europa League debió ser suspendido por una violenta agresión al juez de línea.

Le tiraron una botella llena de líquido y la misma le abrió la cabeza, generando un corte muy profundo.

Al instante fue atendido por los médicos del equipo local, y una vez vendado abandonó el campo de juego.

 

El encuentro fue en el estadio del Sturm Graz de Austria, que perdía por 2 goles ante el AEK Larnaka de Chipre. 

Mohammed Al-Hakim, árbitro del encuentro, mandó inmediatamente a los equipos al vestuario para evitar que haya más heridos.

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