Corpulento, con un metro noventa de estatura, férreo en la marca y con buena salida de balón; Iker San Vicente se convirtió en uno de los talentos con mayor proyección del norte de España. Tanto que, con apenas 16 años, ya lo pretendían clubes como Real Madrid, Juventus, Athletic Bilbao y Villarreal... Pero la puja la ganó Barcelona.

Este martes, el jugador firmó su contrato con Barcelona y a partir de mañana se incorporará al Juvenil B del equipo, desde donde buscarán moldearlo al estilo culé y comenzar a proyectar su participación en el filial, primero, y en el primer equipo después.

Para la directiva era importante buscar un talento nuevo para la zaga, teniendo en cuenta que se aproxima un gran recambio en la defensa culé y que es necesario comenzar a formar futbolistas con el ADN del club.

El sabor a batalla ganada tiene también que ver con la importante cantidad de clubes que estaba tras los pasos de San Vicente; máxime cuando en situaciones similares que han tenido lugar en los últimos años al Barcelona le ha tocado perder.