Una vez que se confirmó que Neymar había sufrido una fractura en el quinto metatarsiano, la preocupación del jugador fue una: recuperarse de la mejor manera para llegar en plenitud al Mundial de Rusia.

A partir de allí, con su partida rumbo a Brasil para operarse primero y luego comenzar su rehabilitación, PSG pasó a un segundo plano en los intereses del crack y con el paso de los días incluso comenzó a perder contacto con el club que no solo es dueño de su ficha, sino que además pagó por ella la cifra récord de 222 millones de euros.

Prueba de ello es que en la última conferencia de prensa que brindó Unai Emery, entrenador del equipo parisino, mostró no tener ni idea de cuál era el plazo estimado para la recuperación de Neymar, todo un detalle tratándose del mejor jugador de su plantilla.

La relación con los aficionados también se ha enfriado y son muchos los que le reclaman sus diferentes apariciones públicas, en fiestas y eventos de todo tipo en Brasil, y su falta de compromiso con el equipo estando fuera del terreno de juego. Por ejemplo, cuando PSG se coronaba campeón de la Ligue 1 goleando al Mónaco en el Parque de los Príncipes, el crack se dejó ver participando de una partida de póker.

Todo esto, sumado al siempre presente interés del Real Madrid en su fichaje, ha puesto a los jeques parisinos a temblar de miedo ante la posibilidad de que Neymar los deje plantados tras el Mundial de Rusia; una jugada que no le saldría gratis al brasileño pero que tendría todavía un mayor costo para la reputación del PSG y la relación de la directiva con los aficionados.