Puede que Barcelona no haya concretado un fichaje de esos que sacuden al mercado de fichajes, pero reforzó su plantilla en las zonas débiles y se siente listo para dar pelea en todos los frentes. Tanto que el propio Lionel Messi aseguró que esta temporada cuentan con mejor plantilla que en años anteriores y que eso les da confianza para ir a buscar, de una vez por todas, volver a quedarse con la Champions League.

Lo que nadie se esperaba en el equipo culé es que apenas comenzado el curso fuera a caer una maldición sobre los refuerzos, que ya produjo la baja de dos de cuatro.

El primero fue Malcom, que había ilusionado en la pretemporada pero que casi no sumó minutos en competencia oficial y que, para colmo, cayó hace un par de días víctima de un esguince de tobillo.

El segundo fue Arturo Vidal, concentrado con la Selección de Chile, quien debió abandonar el último entrenamiento por haberse resentido de la lesión de rodilla que, entre otras cosas, lo hizo perderse el final de la pasada temporada con Bayern Munich.

La otra mitad de los refuerzos está en óptimas condiciones, por ahora, pero Ernesto Valverde no ha mostrado tener demasiadas intenciones de dar rodaje ni a Arthur ni a Langlet.  Y entonces, el fortalecimiento de plantilla del que habla Lionel Messi pasa a no tener influencia dentro del campo.