Hace un par de años atrás, cotizar a un futbolista por encima de los 200 millones de euros era equivalente a declararlo intransferible, algo que se rompió desde que el PSG decidió activar la cláusula de 222 millones que Neymar tenía con Barcelona.

Una temporada después y sin haber podido contar con su máxima figura en el tramo decisivo de la misma, el equipo parisino está a punto de tirar la toalla y resignarse a que esa estrella por la que tanto habían esperado se marche mucho antes de lo previsto.

Desde que comenzaron a tomar notoriedad los primeros chispazos que existieron entre Neymar y PSG, Real Madrid a sobrevolado la zona esperando su oportunidad de negociar con el futbolista. La lesión que lo marginó del final de la temporada y su partida rumbo a Brasil para recuperarse les dio a los Merengues mayor espacio para llevar adelante su estrategia.

Y ahora que el crack volvió a París, y que por fin pudo celebrar un título junto a sus compañeros y no verlo por televisión, parece que finalmente su club ha decidido dejar de oponer resistencia a su partida. Eso sí, si Florentino Pérez quiere ficharlo deberá pagar 260 millones de euros, casi 40 más que los que PSG pagó al Barcelona.