¿Puede ser atractivo Carlos Tevez en todos los sentidos? ¿Qué serías capaz de hacer con tal de conseguir una charla con él? Las respuestas a esas preguntas se encuentran en el libro de Sonia Budassi.

Publicado en 2010, Apache. En busca de Carlos Tevez es un ejercicio periodístico y literario que de inmediato genera empatía e identificación con cualquier aficionado al futbol, sea del equipo que sea. Y es que Budassi se introduce a las letras dedicadas al balón como la admiradora de un jugador al que le gustaría conocer.

Ese deseo básico de todo fan se convierte en una inquietud periodística para la autora, quien empieza a descubrir una serie de obstáculos y adversidades para poder acercarse a un futbolista que en ese momento triunfaba en la Premier League y era de los indispensables para el seleccionado argentino.

Entre las batallas que Budassi debe librar está la virilidad de algunos medios masivos de comunicación, cuyos representantes no ven con agrado que las mujeres se integren a lo que conciben como un deporte exclusivo de y para hombres. Pero Sonia, en lugar de retroceder, se entusiasma más por avanzar en su objetivo.

También se topa con la intransigencia de quienes fungen como relaciones públicas y managers en el mundo del futbol, que tienden a menospreciar o ignorar a los periodistas que no aparecen a cuadro de una pantalla. A eso se suma el viacrucis de tener que ir de un lugar a otro sin ser atendida.

Pero esas barreras son herramientas para la crónica de Budassi. Abordar y desglosar a un jugador desde la imperfección de su rostro, así como al chico de barrio que llegó al futbol inglés como estrella, son estampas que no se convierten en un biopic sino en la disección de un crack que también disfruta de la música como el reguetón o la cumbia.  

Así, la epopeya de entrevistar a Carlitos se transforma en un libro cargado del futbol que padecen aficionados y reporteros fuera de la cancha para aproximarse a un jugador, que a su vez puede desconocer el entramado que en su alrededor impide acercarse a él.

Bien lo escribió John Carlin: "una de las ingratitudes del periodismo deportivo es la mendicidad por conseguir una entrevista".