Los padres suelen alentar a sus hijos a ir al colegio, ya que es vital para su crecimiento y aprendizaje, principalmente en sus primeros 18 años. Sin embargo, este no es el caso de la familia Herzog, en Boston, Massachusetts. Esta familia estadounidense tiene en Jordan, de 16 años, a uno de los clasificados a la Fortnite World Cup, que se disputará el fin de semana del 26 al 28 de julio en Nueva York. 

Jordan, quien juega bajo el seudónimo CRIMZ logró clasificar a la definición del torneo que más dinero entrega en todo el mundo, con un acumulado de 300 millones de dólares entre clasificación y final. Es por esto que, con el apoyo de su familia, Jordan ha dedicado sus últimos meses a entrenar para la competencia que entregará 3 millones de dólares al ganador.

PH: Boston Globe

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Jordan pasa sus días detrás de una computadora, donde incluso desayuna, almuerza, merienda y cena. Y, más allá de algunas lecciones online, no ha recibido mayor educación en este tiempo. Claro, tiene el apoyo total y absoluto de David Herzog, su padre. El mayor, de 49 años, ha gastado más de 30 mil dólares en equipamiento gamer para darle todas las herramientas a su hijo. El mejor CPU, monitor, teclado, mouse y todo lo que el dinero pueda comprar. Incluso suspendieron las vacaciones familiares para que no interfiera con el entrenamiento de Jordan.

"Sólo quiero hacer suficiente dinero para no tener que trabajar por la mayor parte de mi vida", comenta Jordan al portal del afamado periódico Boston Globe. Al parecer, CRIMZ tiene bastante claro lo que quiere hacer pero, ¿y si no resulta? El mundo de los eSports no es muy estable actualmente y dejar de lado la educación es una conducta bastante reprobable.

Aunque su familia no piensa lo mismo, Dave, su padre, está seguro de que triunfarán de esta manera y en sus propias palabras asegura: "lo he criado para esto".

PH: Boston Globe

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Además asegura ser un visionario del entretenimiento y el competitivo de los videojuegos: "lo vi venir antes que nadie", reveló, quien es dueño de una compañía que realiza mercancías y cosméticos basados en videojuegos.

"Le puse un joystick en su mano por primera vez cuando tenía 3 años"aseguró Dave ante Boston Globe. A los 7 Jordan ya era un gran jugador de Halo, a los 10 dominaba las citas de juego que su padre arreglaba contra otros chicos del vecindario y, a los 12, ganó su primer torneo ante jugadores más grandes que él por un premio de 2 mil dólares.

Lógicamente, la manera en la que trata a su hijo le valió varias críticas por parte de otros familiares y padres cercanos, pero esto no hizo nada para disuadir la actitud de Dave y enfocar a su hijo a ser un profesional de los videojuegos.

Si pusiera el foco en una cosa que no fuera videojuegos, como piano, tenis o actuación estaría siendo aplaudido por hacerlo, comenta Dave. "Pero porque son videojuegos dicen que es abuso", responde sarcásticamente.

El éxito de su hijo le sirvió para validar el desarrollo y lo que ha invertido en convertirlo en un profesional a pesar de las dudas. "Para los padres que creen que eres terrible por dejar que tu hijo juegue 10 horas de videojuegos al día, yo creo que es terrible dejar que tus hijos jueguen fútbol americano"respondió.

PH: Boston Globe

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"Y para los profesores que han intentado que deje los mandos para leer, mi hijo aprende más de los videojuegos que mucha gente de los libros", completó.

Hasta el momento Jordan o CRIMZ, ha ganado más de 60 mil dólares y buscará incrementar dicha cifra en la Fortnite World Cup. No obstante, es dinero que Dave aseguró que invertirá en su hijo nuevamente.

A pesar de lo que la gran mayoría piense sobre la manera, el trato y el manejo, no hay dudas que tanto Dave como Jordan están en un camino que han decidido emprender y que puede terminar con muchos millones de dólares en sus cuentas bancarias o como un fracaso absoluto. Sólo el tiempo y los resultados lo dirán.