Radamel Falcao es uno de los mejores futbolistas del planeta. Sin embargo, tiene una gran deuda: jugar una Copa del Mundo con su selección: Colombia.

Una grave lesión lo dejó afuera de Brasil 2014, cuando se encontraba en su mejor momento. Ahora, una contractura muscular que podría convertirse en desgarro dejó al jugador del Mónaco con una dicotomía: seguir sumando minutos con su club o no arriesgar y focalizarse en Rusia 2018.

 

A 50 días de la gran cita, el delantero es de extrema necesidad en el club francés, que lo eligió como capitán por su trayectoria e influencia.

Si bien los estudios arrojaron que el Tigre puede volver a entrenar con normalidad la próxima semana, en Colombia preferirían que se enfoque ya en la Tricolor, que lo espera con las manos abiertos para que pueda lucirse junto a James Rodríguez y compañía. ¿Qué hará?