Es normal ver a un deportista de élite llorar como un niño cuando pierde, y a veces hasta también cuando gana. No obstante, la imagen que se viralizó este sábado, después de México-Corea del Sur, es realmente desoladora: Son Heung-Min llorando sin consuelo en el vestuario del seleccionado asiático, mientras el presidente Moon Jae-in trata de consolarlo como si fuese uno de sus dos hijos.

En el Rostov Arena, Son marcó un golazo para su equipo pero no fue suficiente: cayeron 2-1 ante el Tri y se quedaron prácticamente afuera del Mundial de Rusia 2018. Sí, las chances matemáticas todavía están, pero necesitan de un milagro y la alineación de varios planetas para clasificar a octavos. Como en Brasil 2014, el extremo sabía que morir en fase de grupos pagaba muy poco en las casas de apuestas. Entonces, ¿por qué reaccionó así? 

En Corea del Sur, todos los hombres están obligados a cumplir con el servicio militar de 21 meses antes de los 28 años. En caso de negarse, las consecuencias van hasta dos años de cárcel. ¿Se hacen excepciones? Sí, lograr un éxito representando deportivamente al país. Así sucedió en el Mundial 2002, donde llegaron a semifinales.

Con 25 años, Son brilla en la Premier League con el Tottenham y todo indica que deberá interrumpir el mejor momento de su carrera profesional para cumplir con las obligaciones que dicta el Estado coreano.

Además, otros de los miedos del futbolista es la dureza del servicio militar, que tiene lugar en medio del conflicto político y militar contra Corea del Norte. Las autolesiones de los jóvenes, para evitarlo, son tan comunes como el maltrato que viven dentro de los centros de reclutamiento. Hace dos años fue famoso el caso un hombre que subió 30 kilos para evitar ir, pero que hoy espera una posible condena de cinco años de cárcel.

Un marco dramático si también se le suman los hechos de violencia que han sucedido en los últimos años: el asesinato de un cadete a ocho compañeros con una granada (2005) o el homicidio de un cinco soldados por parte de un sargento que perdió toda cordura producto de las burlas que recibía (2014). 

Cada jugador, cada persona, lucha su propia batalla. Y, aunque a veces no lo parezca, la mayoría no las conocemos.