Marcos Rojo hizo gritar a millones y millones de argentinos a los que el sueño se les estaba volviendo pesadilla. Por su excursión ofensiva, Argentina jugará el sábado ante Francia los octavos de final del Mundial de Rusia.

Tan heroica fue la gesta del defensor argentino, que en el festejo llevó como capa nada menos que a Lionel Messi, el otro goleador de la jornada ante Nigeria.

Si había que revelarse en los minutos finales del encuentro, cuando el empate sentenciaba la eliminación, Marcos Rojo lo entendió todo y emprendió la excursión al área rival.

Como socio perfecto tuvo a Gabriel Mercado, que sacó el centro medido a espaldas de la defensa. Lejos de esperar que el balón terminara de hacer su recorrido, Rojo lo fue a buscar y el contacto fue perfecto, limpio, para impulsarlo a contrapierna del gigantesco portero nigeriano e inflar la red de gol. Y llenarse la garganta de gol. Y llenar de alegría el corazón de millones y millones de argentinos.