En el inicio del partido que se disputó en el Samar Arena, pareció que Costa Rica podía repetir la fórmula que tantas alegrías le dio hace cuatro años, en el Mundial de Brasil 2014. Bryan Ruíz manejaba con criterio el balón y Marco Ureña, aunque aislado en el ataque, le dio más de un susto a Serbia de contragolpe.
Sin embargo, el seleccionado europeo fue inclinando cada vez más el campo en su favor, transformando en figura a un Keylor Navas que se mostraba infranqueable. Ivanovic comenzó a ganar la banda por la derecha y Tadic se volvió indescifrable para la defensa tica.
Recién en el complemento llegaría la jugada que rompería el marcador. Y solo una ejecución tan perfecta como la de Aleksandar Kolarov, el dueño del balón parado en Serbia, pudo ser capaz de romper el muro que había levantado el portero del Real Madrid en el arco de Costa Rica.
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Con el gol, el seleccionado tico se terminó de derrumbar. Desapareció Bryan Ruíz y ni el ingreso del siempre revulsivo Joel Campbell generó la reacción esperada por el entrenador Óscar Ramírez.
Serbia sumó un triunfo importante en un triunfo diseñado para Brasil, en el que la competencia de los demás parece haber quedado limitada al segundo puesto.
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