La nueva temporada de la Fórmula 1 llegó con muchas modificaciones y nuevos factores influyentes en los rendimientos de los monoplazas, los cuales obligan a los equipos a ser detallistas para no perder terreno en este clima de alta competitividad. Las investigaciones y pruebas ocurren semana a semana, y la previa del GP de Miami no ha sido la excepción.
Ferrari, quien para sufrimiento de Red Bull Racing tendrá actualizaciones para el fin de semana en los Estados Unidos, ahora ha conseguido la neutralización de lo que ha sido el peor enemigo para Charles Leclerc y Carlos Sainz en el inicio de temporada: los rebotes provenientes del porpoising.
En las pruebas Pirelli realizadas el pasado miércoles en Imola por casi todas las escuderías (a excepción de Haas), una imagen del fotógrafo Davide Cavazza captó que el segundo corte, más cercano a la rueda trazera del F1-75, ya no estaba redondeado en la parte interna sino que era cuadrado, mientras que se añadió como refuerzo un borde de fuga moldeado de metal.
El RB18 de Max Verstappen y Sergio Pérez es el auto que menos padece el porpoising, aunque no están ajenos a él: prueba de ellofueel abandono del neerlandés en Australia por eldesprendimiento del tubo de alimentación, producto de los rebotes, que devino en la fuga de gasolina y el fuego posterior.
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El monoplaza de Ferrari ha venido sufriendo el rebote antes de llegar a las frenadas, mientras que al de Mercedes se le añade el problema en las curvas, lo que lo hace difícil de conducir. Una cuestión fácil de detectar, pero difícil de solucionar, teniendo en cuenta las limitaciones reglamentarias.
