Antes de ser la megaestrella que es en la actualidad, también de estar cerca de ser considerado como el mejor boxeador libra por libra del planeta, Saúl El Canelo Álvarez firmó un jugoso contrato de exclusividad con Televisa que le reportó las primeras ganancias millonarias de su carrera.

Ese contrato se extendía por cuatro años, desde 2010 a 2014, a cambio de un millón de dólares. Además, contemplaba un bono de 200 mil pesos mexicanos por cada pelea realizada. Durante el acuerdo, realizó un total de 14 combates, por lo que se embolsó un extra de 2.8 millones de pesos.

Pero a inicios de 2014, la cadena y el boxeador rompieron relaciones producto de un desgraciado acontecimiento que había tenido lugar en diciembre de 2013. Chatito Jáuregui, quien solía hacer de sparring del tapatío, sufrió un derrame cerebral que tiempo después le provocaría la muerte.

En una publicación de la revista TV y Novelas, propiedad de la Cadena Televisa, se leyó que el derrame había sido producto de una golpiza que le habría dado Canelo durante un entrenamiento, lo que provocó la furia del actual campeón mundial indiscutible de la división de peso súper mediano.

“Hasta el momento he decidido que no sea televisada por Televisa por cuestiones laborales y personales. Gracias por su apoyo y buscaremos lo mejor para ustedes y para mí”, expresó en un escueto comunicado el tapatío luego del conflicto, justo cuando se preparaba para enfrentar a Erislandy Lara.

Chapo Reynoso, su entrenador de aquel entonces, arrojaría algo más de claridad al asunto: “Saúl está muy resentido por algunas cosas que se dijeron y Televisa no lo cobijó. Una revista publicó unas cosas que no son ciertas. Es un sentimiento que tiene Saúl y nosotros lo apoyaremos porque tiene razón".