Goles y golazos. Grandes definiciones, partidos importantes. Una cuenta que sigue sumando dianas pese a que su trabajo en realidad es cuidar el arco propio. Pero no por nada es una de las máximas goleadoras históricas de las Rayadas y también figura excluyente de la Selección Mexicana Femenil, autora del grito que le dio la primera medalla de oro panamericana. Rebeca Bernal lleva el gol en la sangre.
En una final inédita, la defensora le dio al combinado tricolor la posibilidad de quedarse con su primera dorada histórica, tras dos bronces en Guadalajara 2011 y Toronto 2015. Su cobro espectacular desde un tiro libre a los 30 minutos de la primera etapa terminó siendo el definitivo para darle a México el triunfo. Un gol que será recordado por siempre por la calidad del tiro y por la importancia que tuvo.
Rebeca y su número 4 que la caracteriza. Foto IG.
“Entramos en la historia, somos afortunadas de estar acá”, dijo tras el partido, valorando también el hecho de llegar a la Selección jugando en la Liga MX Femenil, en donde también hace historia gol a gol, desde aquel primero, el 27 de agosto de 2017 contra el Guadalajara.
Hace apenas unos días, por la fecha FIFA y ante Tailandia (4-0 en favor de México), estuvo una vez más presente defendiendo los colores de la Selección y casi convierte, aunque el balón se estrelló en el travesaño.
Goles son amores
Entre sus goles, ella misma recuerda aquel que en este 2024 las enfiló hacia el título en el Torneo Clausura. “No fue fácil, los últimos 15 minutos no podía con mi vida, al final creo que la seguridad que le transmito al equipo es un paso firme que le podía dar, tomé mi tiempo y con mucha seguridad, sabía que ellas confiaban en mi, que la gente confiaba en mi, tomé la responsabilidad”.
Un penal en el último minuto, como si fuera una película de suspenso, para igualar la serie ante América y, con el global de 2-2, obligó a la tanda de penales que le dio la victoria al Monterrey. Delante del balón, en el minuto 96, una vez más marcando el camino, con la chance de hacer historia y la capitana no la desaprovechó. Fue su cuarta diana en finales.
La defensora albiazul ya lo había hecho en el Clausura 2018 (partidos de ida y de vuelta), Clausura 2024 y el Campeón de Campeonas 2023-24. Y claro, en los Panamericanos ante Chile.
Es que es su personalidad: a ella le encanta hablar en el campo de juego, ayudar a sus compañeras, ser la voz de liderazgo. Es por eso que lleva el gafete de capitana, es por eso que es referente. Y que marca la diferencia desde que siendo una niña comenzó a jugar en la escuelita.
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La niña inquieta
Tanto su padre como su madre fueron futbolistas y es por eso que ella creció con ese legado: no había otro destino que amar el balón tanto como ellos. Por eso de pequeña, alentada por ambos, se anotó en la Escuela de Futbol Cruz Azul de Ciudad Madero, porque quería aprender todo lo que pudiera, pese a ser la única mujer.
No fue un camino fácil, porque encontrar donde competir siendo niña y tan pequeña no fue algo sencillo, pero nunca se dio por vencida. Siempre supo su camino y lo que quería hacer, con tenacidad y decisión. Ya a los 15 años la reclutaron desde la Selección Mexicana Femenil y fue un gran impulso encontrarse con otras como ella.
Hizo historia de tal manera que hasta en la subasta que lleva adelante el Monterrey para recaudar fondos en la causa contra el cáncer de mama, su jersey femenil se subastó al mismo precio máximo que el jersey varonil perteneciente a Rogelio Funes Mori, por un total de $25,000 pesos.
Rebeca, defensora goleadora y capitana. Foto Web.
Capitana, goleadora, con su equipo o con la selección femenil, Rebeca no parece tenerle miedo a ningún rival. Sus cobros de pelota parada no son casuales: sus horas practicando el modo de pegarle al balón dan sus frutos y le dan seguridad cada vez que se detiene para ejecutarlos.
A sus 27 años, ya se convirtió en una jugadora histórica, que marca el camino a cada paso. “A la Rebeca de 14 años le diría gracias”, confesó en una entrevista, repasando aquel momento en el que decidió mudarse a Monterrey para estudiar psicología pero también para perseguir su sueño de futbolista.
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En esos 13 años de carrera, y siete en Rayadas, sumó tres campeonatos, siempre como capitana y líder de su equipo, además de la medalla dorada en Santiago 2023. Su camino está listo para que lo siga creando, a fuerza de goles.