Decía Chavela Vargas que los mexicanos nacemos donde se nos pega la chingada gana. Un futbolista como André-Pierre Gignac puede confirmarlo. A pesar de haber nacido en Francia, ‘el Bomboro’ ya cuenta con las credenciales para presumir en cualquier parte del mundo que también es paisano nuestro. Y eso lo ha logrado en seis años desde que llegó al país como refuerzo de Tigres.

En ese periodo de tiempo el francés ha logrado ganarse el afecto de la afición felina, dominar el idioma español y aprenderse todo el catálogo de improperios que se pronuncian en el país. Su conexión afectiva con México fue inmediata y eso se debió a que puso en práctica una máxima que caracteriza a la figura del ídolo en el futbol: goles son amores.

 

Y el primero de ellos lo hizo en 2015 ante Chivas en El Volcán. ¡Mejor escenario imposible! El inicio de su carrera en la Liga MX, así como de la devoción hacia su persona en Nuevo León, fue de ensueño. Desde ese momento se supo, o se intuyó, que absolutamente nada podía salir mal en su paso por el futbol mexicano. Por el contrario, se vaticinaron grandes cosas. Y así ha sido.

 

 

En seis años ha ganado prácticamente todo con Tigres. Pero ese palmarés forjado se debe en gran medida a su potencial para hacer goles. El resto de los equipos aprendieron a temerle y replantear estrategias para intentar nulificarlo, algo que no han podido lograr muchos. 

Es entonces cuando aparece la prensa. Sí, para no variar, los medios de comunicación buscándole tres pies al gato. Lo más inmediato es comparar. A través de ese ejercicio de comparación se derivan debates, polémicas y controversias que, hay que decirlo, bastante le gustan a los aficionados mexicanos. Así que se le ha comparado con José Saturnino Cardozo. 

El peso que tuvo Cardozo como futbolista en la Liga MX fue de suma relevancia. Se convirtió en emblema de una etapa gloriosa para Toluca, tiempo en que además se consolidó como uno de los mejores extranjeros que ha llegado a México para hacer historia. Ese mérito lo consiguió con base en goles, goles y más goles. 

Tan no se cansó de anotar que estableció récords. Y esas marcas son las que ahora persiguen a Gignac por adjudicación de medios y aficionados que se cuestionan si será capaz de alcanzarlas o romperlas. Hay dos muy específicos: los 249 goles que hizo Cardozo en la liga y los 29 que anotó en un solo torneo corto.

Gignac lleva 128 hasta ahora, por lo que se ve distante la posibilidad de alcanzar la cuota (losa, sombra, récord) heredada por Cardozo. Sin embargo, la otra marca sí es probable de alcanzar y superar. A Gignac no le falta hacerlo para satisfacer a nadie, no obstante, tiene esa opción para añadir una raya más al tigre.