Nada es lo mismo. Para aficionados de Morelia, el futbol sigue pero no es igual. Lo que conocían como pasión les fue modificado de manera abrupta en lo más digno que tiene un futbolero y un villamelón jamás entenderá: la identidad y el sentido de pertenencia. Se los alteraron con la desaparición de Monarcas para crear a Mazatlán.

En un movimiento permitido en el futbol mexicano, dado el sistema de franquicias que opera en la Liga MX, el propietario del club decidió poner fin a la residencia del equipo en Michoacán para mudarlo a Sinaloa. Fue una operación rápida, sin tiempo para despedidas ni complacencia a la nostalgia. La partida dejó enojo, almas pisoteadas.

A un año del “golpe moreliano”, o del “arrebato mazatleco”, la afición michoacana continúa dolida. Pese a la llegada de un nuevo equipo con el nombre de Atlético Morelia, la sensación no es la misma. Hay un hueco en sus sentimientos que, por ahora, ninguna buena intención logra cubrir del todo.

“Lo comparo con una ruptura amorosa. Se te va ese amor, que es Monarcas, y no entiendes bien las razones, pero te ves obligado a vivir un proceso de duelo hasta que aceptas la resignación. La gente extraña la primera división, al equipo original. Esas cosas no se perdonan”, comenta a Bolavip México el periodista Víctor Ruiz, colaborador de El Sol de Morelia.

Tan no perdonan lo sucedido que la afición de Michoacán aguarda con ansias enfrentarse a Mazatlán en cualquier cancha o torneo para hacerle saber que lo suyo es el béisbol, no el futbol. Es tal el ánimo de revancha que fanáticos morelianos desean que le vaya mal al club mazatleco; se alegran de que pierda y sea considerado un rival “pequeño” en la Liga MX. Acuden a redes sociales para manifestarlo.

Haber llegado a la final de la Liga Expansión MX con Atlético Morelia les puso felices, sin embargo, insatisfechos. El motivo es sencillo: de la noche a la mañana no puedes olvidarte de una historia que te hizo feliz para cambiarla por una que no sabes hacia dónde va, ni cuánto durará.

“En la primera temporada del equipo no hubo afinidad con él, no había gente en el estadio. Fue hasta la semifinal con Atlante y la final contra Tepatitlán que la gente se conectó, o volvió a sentir algo de apego a una camiseta, pero todavía no logra suplir lo que fue Monarcas”, agrega Víctor Ruiz para Bolavip México.

Y hay desconfianza. El compromiso de José Luis Higuera por mostrar el documento donde supuestamente establece ante el gobierno de Michoacán que no se llevará al Atlético Morelia, no se ha cumplido. Por ello, la propia afición se reserva de entregarse al cien por ciento porque teme que en cualquier momento vuelvan a dejar en ruinas sus emociones.

Mientras tanto, antes de que desaparezca Mazatlán, porque vaticinan que así ocurrirá tarde o temprano, los futboleros michoacanos desean un juego contra el equipo morado. Un solo partido piden para enseñarle lo que es pasión por el futbol.