En la actualidad México presume una medalla olímpica de oro en futbol, la que ganó la selección que fue a Londres 2012 con Luis Fernando Tena como director técnico. Esa preseat tardó 44 años en llegar porque estaba presupuestada para ser obtenida en los Juegos Olímpicos de México 1968, pero esa selección dirigida por Ignacio Trelles hizo todo lo necesario para perder la el oro y hasta el bronce.

Todos los integrantes de la selección mexicana de futbol de los Juegos Olímpicos de 1968 eran profesionales, pero como el Comité Olímpico Internacional no tenía permitida su participación, los dirigentes mexicanos solicitaron a la FIFA registrar a los jugadores como amateurs y la petición les fue concedida.

Los falsos jugadores aficionados formaban en conjunto un equipo de alta calidad técnica. Los dirigentes confiaban en que podían ganar el oro y les proveyeron de una preparación muy especial con un preparador físico -José Moncebáez- que los llevaba a correr a las seis de la mañana al Nevado de Toluca y con un psicólogo -Isidro Galván- que los haría conscientes de su compromiso con México.

Los partidos de México en 1968

La selección mexicana cumplió bien en la fase de grupos con triunfos de 1-0 contra Colombia y 4-0 ante Guinea con una derrota intermedia de 4-1 contra Francia. Los tres partidos los jugó en el estadio Azteca. En el transcurso del torneo hubo un factor que empezó a causar la descomposición al interior del equipo: vivir esos días en la Villa Olímpica con jugadores con aires de seductores con las atletas extranjeras.

México jugó en 1968 con profesionales "disfrazados" de amateurs.

México jugó en 1968 con profesionales "disfrazados" de amateurs.

México quedó segundo de su grupo y eso le obligó a jugar los cuartos de final contra España en el estadio Cuahtémoc de Puebla. El equipo cumplió al ganar 2-0. Entonces un problema guardado de tiempo atrás explotó cuando los jugadores le exigieron a los dirigentes que les cubrieran pagos atrasados.

Los seleccionados mexicanos jugaron la semifinal contra Bulgaria sin intenciones de ganar y dejar ir la posibilidad de disputar la final y la medalla de oro. Fue una venganza acordada por ese Tricolor olímpico que perdió 3-2 ante los búlgaros en el estadio Jalisco. El regreso de Guadalajara a la Ciudad de México fue en tren, algo que molestó al equipo, y ahí se desató la indisciplina: se perdió el respeto a Trelles y al psicólogo que a varios había alterado, hubo reclamos e insultos y hasta borrachera.

Se perdió la medalla de bronce

Como consecuencia del desorden fueron separados del equipo el defensa Jorge Arévalo y el delantero Fernando Bustos. Los que se quedaron no tenían ganas de jugar ante Japón el partido por el tercer lugar, pero se presentaron al estadio Azteca. Los nipones ganaron 2-0; México tuvo un penalti que Vicente Pereda falló al tirarlo de una manera que despertó sospechas. Él dice que no le tocaba cobrar el penal, pero los tiradores oficiales no se hicieron responsables.

Temerosos los seleccionados mexicanos tardaron en salir del estadio Azteca porque al no ganar al menos la medalla de bronce habían desatado la ira de la gente, que buscaba cualquier pretexto para desahogar su malestar por las represiones a las manifestaciones estudiantiles semanas atrás. Después de romper la concentración en la calle varios de esos jugadores sufrieron los fuertes reclamos de la afición y desde entonces cargan con el peso de no haber querido ganar una medalla olímpica en futbol para México.

La afición culpó a Nacho Trelles del papelón de México en 1968.

La afición culpó a Nacho Trelles del papelón de México en 1968.