Las elecciones en Perú terminaron hace más de tres meses en Perú. La tensión política, sin embargo, se ha mantenido. Los extremos siguen reforzándose, a pesar que esto solo tiene como consecuencia afectar negativamente al país en todo sentido. 

Desde la derecha, por ejemplo, no aceptaron los resultados y sin pruebas cayeron en una narrativa de fraude que debilitó instituciones y por ende, la democracia del país. Ellos, además, acosaron a todo personaje que no repetía su relato. 

Tras la asunción del presidente, fueron cambiando de foco para perjudicar al ejecutivo. Igual, no olvidaron todo lo sucedido en campaña, ni los días después. El llamado terruqueo, en este sentido, se volvió en un modo indiscriminado de atacar al sector opositor. 

Este miércoles, el exfiscal Avelino Guillén fue víctima de esto. Quien se encargó de llevar a cado las investigaciones contra Alberto Fujimori y después participó en la campaña de Pedro Castillo, fue insultado y acusado en la vía pública. Obivamente, esto generó rechazo de gran parte de la población. 

Algunos, los más intolerantes, lo celebraron. Este fue el caso de Leao Butrón, exarquero de Alianza Lima autodefinido como fujimorista: "Que bueno que la gente empiece a despertar y comprometerse desenmascarar a todos los responsables que nos llevaron a este momento oscuro, a quienes liberaron terroristas, a quienes permitieron indemnizarlos, es momento de mostrarles el repudio que se merecen".