La eliminación de la Selección Peruana de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de 2026 ha desatado una ola de frustración entre los aficionados, y el foco de esta desilusión ha recaído en Luis Advíncula, el lateral derecho del equipo. Su actuación en la derrota crucial contra Paraguay, que selló el destino mundialista de Perú, ha sido objeto de severas críticas por parte de la hinchada, sumándose a un historial reciente de rendimientos cuestionables.
Luis Advíncula criticado por los hinchas
La tensión alcanzó su punto culminante en el minuto 84 del segundo tiempo, cuando Advíncula fue sustituido por Oliver Sonne. La salida del jugador del campo fue recibida con una mezcla de abucheos e insultos por parte de un sector de la afición presente en el estadio, evidenciando un profundo descontento con el desempeño del equipo y, en particular, con el del propio Advíncula. Esta reacción presencial se magnificó en las redes sociales, donde miles de comentarios negativos y memes virales reflejaron la magnitud de la indignación.
La entrada de Oliver Sonne, en contraste con la salida de Advíncula, se convirtió en un símbolo de la esperanza frustrada de la afición peruana. Sonne, un jugador que ha generado grandes expectativas desde su incorporación a la selección, ha tenido una participación extremadamente limitada bajo la dirección del entrenador Óscar Ibáñez. Esta situación ha generado críticas directas hacia Ibáñez, a quien se le señala como el principal responsable de no brindarle los minutos esperados a un jugador tan anhelado por la hinchada.
Oliver Sonne es el futuro de Perú
La decisión de Ibáñez de mantener a Sonne en el banquillo, incluso en momentos críticos como el que se vivió ante Paraguay, ha exacerbado el descontento popular y ha puesto en tela de juicio su gestión técnica. La compleja situación que envuelve a Advíncula y Sonne es un reflejo de la profunda decepción que embarga al público peruano ante la persistente falta de resultados de su selección. La dolorosa eliminación del Mundial de 2026 ha dejado un sabor amargo y una sensación de estancamiento.
En este contexto, la afición exige una renovación total en la selección, anhelando un cambio de rumbo que permita construir un equipo competitivo y que devuelva la ilusión de cara a los próximos años y a futuras eliminatorias. La presión sobre la Federación Peruana de Fútbol y el cuerpo técnico es inmensa, con la expectativa de que se tomen medidas drásticas para revertir la actual crisis deportiva y reconectar con una afición que anhela volver a ver a su selección en la élite del fútbol mundial.
