Uncentímetro. Puede parecer poco pero para un calzado es un montón. Y eso le explicaron los organizadores de la maratón de Viena al etíope Derara Hurisa, quien fue el que cruzó la meta del 42K de Viena en 2:09:22.
Luego de vencer por tres segundos de margen en los últimos metros, uno de los competidores denunció que Hurisa llevaba un calzado que superaba las medidas reglamentarias. Y tras analizar las zapatillas, decidieron descalificarlo y consagraron como vencedor al keniata Leonard Langat que había arribado a meta en segunda posición.
En 2020, la World Athelics modificó las normas que rigen para el calzado de competición, prohibiendo las zapatillas de más de 40 milímetros de suela para proteger “la integridad del deporte”.
El etíope había elegido utilizar un modelo maximalista con una suela de 50 mm. “Preferí usar las que utilizaba para los entrenamientos”, explicó el atleta.
“Hoy hemos vivido un estreno mundial (de las sanciones por el uso de zapatillas) que nos hubiera gustado ahorrarnos. Desde el año pasado existe una nueva norma que establece ciertas limitaciones para el tamaño de las suelas“, informó el director del evento. “Lo sentimos mucho, pero la descalificación es una decisión necesaria”, agregó Langer.
Finalmente el podio lo completaron Betesfa Getahun (2:09:42) y Edwin Kosgei (2:10:10).
Mientras tanto, entre las mujeres ganó la keniata Vibian Chepkirui con 2:24:29, seguida por la etíope Meseret Dinke (2:25:31) y en tercer lugar quedó Gelete Burka (2:25:38).