La catástrofe provocada por el sorprendente Bodo/Glimt de Noruega ha generado un clima tenso puertas adentro de Roma. Jose Mourinho arremetió contra sus futbolistas en la rueda de prensa posterior a la derrota por 6-1 en la fase de grupos de la Conference League, pero no ha sido lo único que ha trascendido de parte del portugués. También hubo castigo para los jugadores, mientras que los dueños del conjunto italiano le llaman la atención.

Las frases que Mourinho dejó luego de la dura goleada en contra que sufrió Roma dejó un clima caliente que hasta en Italia critican. Pero el enfado del entrenador ya venía del entretiempo, según afirmó el Corriere dello Sport. "Entre ustedes hay gente que no jugaría aquí en Noruega y tampoco en la Serie B", fue una de las frases que trascendieron del vestuario de los 'giallorossos' de parte del entrenador portugués. Lo que le siguió después fue la debacle.

Y el contundente resultado en contra provocó un verdadero cimbronazo en la capital italiana. A raíz de esto, Mourinho tomó cartas en el asunto y les ha dado a los jugadores un "castigo". Según la prensa italiana, los futbolistas de Roma han concentrado desde la madrugada del viernes en la ciudad deportiva de Trigoria sin contacto con nadie más, de cara al trabajo que tendrán el próximo domingo donde enfrentarán a Napoli. 'The Special One' no quiere más derrotas.

Sin embargo, pese a "castigar" a los jugadores con una concentración más larga de lo habitual para un partido, puertas adentro de Roma, el clima no es el mejor. Los nuevos dueños del equipo, la familia Friedkin tomó muy a mal la catastrófica derrota, pero lo peor para ellos fueron las palabras que tuvo Mourinho para con sus jugadores, según reporta Il Messaggero.

Los propietarios estadounidenses también han hecho su labor luego de esta catástrofe. Han tenido charlas con el director deportivo Tiago Pinto respecto a las palabras que tuvo Mourinho para con sus jugadores. Todo parece haber quedado bien, ya que la clasificación a la próxima ronda de la Conference League parece asegurada. Sin embargo, deberán compensar a las casi 400 fanáticos que se trasladaron hasta Noruega para ver la dolorosa caída.