Porque tiene uno de los mejores planteles del país y porque además tiene jugadores con personalidad para afrontar los momentos más difíciles.
Tigres le ganó por 2 a 1 a Pumas en el Volcán, por la ida de los cuartos de final de la Liguilla.
El primer tiempo fue parejo. Tigres trató siempre de imponer las condiciones, y aún más luego del gol de Felipe Mora, tras una falla de la defensa y del portero Nahuel Guzmán.
El problema para los locales en esa primera mitad fue que nunca pudo generar mucho peligro.
Ya en la segunda mitad, los dirigidos por Ricardo Ferretti comenzaron a arrinconar con una presión mucho más adelantada y con los delanteros siendo más profundos.
De tanto ir, llegó la igualdad: Javier Aquino remató desde lejos, la pelota se desvío y compicó a Alfredo Saldivar. Fue un gran premio para el volante, uno de los que siempre intenta.
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El segundo tanto fue un golazo, a tan solo nueve minutos del final: Jesús Dueñas encaró desde la izquierda hacia el medio, siempre fingiendo que iba a abrir la pelota hacia la derecha para Eduardo Vargas. De repente, con la defensa abierta y desconcertada, sacó el latigazo abajo. Nada para hacer para el arquero visitante.
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De esta manera, Tigres se llevó un partido durísimo, por la categoría y el empuje de sus jugadores.
Pumas, por su parte, buscará hacer valer la localía el domingo, y, como le hicieron a ellos, dar vuelta la serie.