Hace algunas semanas el mundo del deporte se vio completamente estremecido al enterarse del fallecimiento repentino de Tyler Skaggs, joven lanzador de los Angelinos de Anaheim, apenas a los 28 años de edad.
Skaggs había sido encontrado en la habitación de su hotel en Texas antes de un juego frente a los Rangers, y, de momento, no se conocían los detalles de su fallecimiento, pues la familia y organización habían prometido total hermetismo.
No obstante, al trascender finalmente los resultados de su audiencia, se reveló que el zurdo tendría altas dosis de alcohol, fentanylyoxycodone en su cuerpo el día de su fallecimiento, muriendo ahogado por el vómito producto de un shock mientras dormía.
En este sentido, la familia del lanzador amenazó con demandar a la organización de los Angelinos, pues considera que es muy probable que el jugador haya recibido los opioides gracias a la ayuda de algún miembro del staff.
Estos opioides únicamente pueden obtenerse bajo prescripción en los Estados Unidos y generan una fuerte dependencia en aquellos que los consumen, por lo que se presume que los miembros de la organización tendrían conocimiento previo de la situación.
Al final del día, Skaggs fue responsable de sus acciones, pero el hecho de que una franquicia deportiva esté implicada de alguna manera en la obtención de drogas prescribidas desataría un enorme escándalo en Major League Baseball.