Tras los episodios violentos que llevaron a la suspensión de la final de Copa Libertadores entre Rivery Boca, Ángel Cappa mostró su decepción por la realidad que vive el fútbol argentino, al que calificó como un “desastre organizativo” y presa de “hinchas violentos que, en complicidad con los dirigentes, montan un gran negocio”.

El entrenador, que supo dirigir al Millonario, opinó que los dos clubes más importantes de Argentina deben tomar cartas en el asunto no ya para castigar sino para fomentar la paz.

Para ello, sugirió un método que alguna vez emplearon él y César Luis Menotti cuando eran entrenadores de Racing e Independiente respectivamente:“Cuando Menotti estaba en Independiente y yo en Racing, nos juntamos todos en una cena. Ahora deberían juntarse los jugadores de River y Boca, con ambos cuerpos técnicos, en una comida para demostrarle a la gente que no forman parte de esta violencia”.

Como conclusión, Cappa agregó que hace mucho tiempo el fútbol argentino ha dejado de ser lo que era y que hoy solo es un negocio destinado a la producción y venta de futbolistas al exterior.