Por lo general, cuando a un equipo le va mal, el principal responsable señalado es el entrenador, así como el primero en abandonar el equipo, sobre todo si los malos resultados se repiten año tras año.

No obstante, ese no es el caso de los Dallas Cowboys, pues el entrenador Jason Garrett parece tener un pase libre para continuar en el equipo sin importar qué tan malos resultados consiga con sus malas decisiones.

Es por eso que la afición del Equipo de la Estrella Solitaria se exasperó una vez más cuando escucharon las declaraciones de Jerry Jones, propietario del equipo, sobre el desempeño de Garrett:

"Sonaré muy trillado, pero estaba mucho más feliz con lo que hizo en los primeros tres partidos que con lo que ha pasado en los últimos tres. Pero el punto que quiero resaltar es que no es solo su culpa, es culpa de todos".

Es un secreto a voces que Jones y Garrett comparten un fuerte vínculo de amistad, por lo que el propietario ha sido señalado y criticado en repetidas oportunidades por mezclar sus relaciones personales con el equipo.

Garrett ha desperdiciado el talento de numerosas estrellas como Dez Bryant, Jason Witten, Tony Romo, DeMarco Murray y pare usted de contar, y no parece que vaya a ser muy diferente con Amari Cooper y Ezekiel Elliott.

Tras un inicio de campaña 3-0, los Cowboys han sufrido un duro golpe de realidad con tres derrotas consecutivas, una de ellas ante un equipo claramente inferior, y da la sensación de que nunca serán contendientes bajo el mandato de Garrett.