En el verano del 2017, la llegada de Kylian Mbappé al PSG fue el gran movimiento del mercado de pases. 

El francés decidió irse a Francia y no al Real Madrid, entre otras cosas, por una serie de lujos que el club aceptó cederle.

El más suculento, que no alcanzó a tener, era una prima de 500 mil euros netos en caso de ser el ganador del Balón de Oro. 

Por otro lado, le otorgan 30 mil euros mensuales para sus gastos de alquiler y la contratación de: un mayordomo, un chofer y seguridad privada.

Eso sí, algunas cosas le negaron: un bono en caso de que el PSG no jugase la Champions League por incumplir el Fair Play financiero, por ejemplo. Tampoco, 50 horas anuales de vuelo en un avión privado. Ya era mucho, pibe..