Hoy por hoy, bien podría decirse que Mookie Betts es el mejor jugador y pelotero más importante de toda la organización de los Medias Rojas de Boston.

Sin embargo, el ex MVP de la Liga Americana no siempre tuvo todo fácil en Las Mayores, como le confesó a Alex Speier, periodista de The Boston Globe, para su nuevo libro "Homegrown: How the Red Sox Built a Champion from the Ground Up".

Aparentemente, el jardinero de los patirrojos debió lidiar con muchos maltratos cuando llegó a la liga en 2014, empezando por el trato distante de veteranos como John Lackey y Jon Lester, y llegando incluso a ser insultado y gritado por el resto de sus compañeros conforme avanzó la temporada.

Betts fue reprendido airosamente en una oportunidad que decidió tomar una siesta antes de un partido frente a los Astros de Houston, algo que no fue del agrado de los peloteros más veteranos del equipo.

Asimismo, confesó que una vez fue insultado y gritado por querer mostrarle el clubhouse del equipo a un amigo cuando apenas tenía unas semanas como miembro de la organización.

Este tipo de actitudes de los veteranos a los menos experimentados son algo común en el mundo del deporte, y son en alguna ocasión un motivo fundamental por el cuál los novatos nunca logran adaptarse al profesionalismo y no logran explotar todo su talento.