Los Houston Rockets volvieron a quedarse a las puertas de la gloria, tras caer derrotados en 6 juegos  ante unos Golden State Warriors que no contaban con Kevin Durant y con un Stephen Curry menguado por las lesiones.

Una vez más, el equipo de Mike D'Antoni parecía destinado a frenar a los campeones defensores, pero su desempeño e incapacidad de cerrar los partidos los dejará otro año a la espera de una aparición en las Finales.

En este sentido, James Harden, escolta estrella de los Rockets, admitió que el inicio lento de campaña había sido el principal motivo por el cuál su equipo no había podido trascender en la postemporada:

"Cuando juegas contra un equipo excepcional como ellos quieres tener la mejor oportunidad. Éramos el 4to clasificado. En la primera serie, teníamos ventaja de localía, en la segunda debimos jugar en carrera, que es muy difícil. Debimos haber iniciado mejor la campaña".

Efectivamente, los Rockets habían empezado el año con el pie izquierdo tras haber obtenido el mejor récord en temporada regular en la campaña previa,  lo que motivó un récord de anotación histórico de un Harden que se perfilaba como candidato al MVP.

Sin embargo, el All-Star volvió a quedar en deuda en la postemporada y Houston tendrá mucho que replantearse de cara a la próxima campaña, especialmente con el astronómico contrato que le pagarán a Chris Paul.