Bueno, finalmente sucedió. Con la temporada ya en los libros de historia, los Lakers han decidido que lo mejor para ambos es que LeBron James se vaya a casa y no vea más minutos en lo que resta de campaña.

El Rey había asegurado que no se sentaría a menos que estuviera lesionado, pero una cosa son las promesas y otra la realidad.

En este sentido, y considerando que ya tiene 34 años bajo sus hombros, el equipo consideró que ofrecerle unas vacaciones prematuras era ideal para que pudiera sanar completamente de su lesión de la ingle.

Asimismo, ahora el Rey tendrá la oportunidad de estar presente en el último partido de temporada regular de la carrera de Dwyane Wade, su mejor amigo y ex compañero en el Miami Heat y los Cleveland Cavaliers.

La temporada de los Lakers fue un fracaso estrepitoso y muchos reportes apuntan a que James fue uno de los principales culpables por su mala relación con el resto del roster del equipo.

Ahora, no le quedará más opción que disfrutar de los playoffs por televisión en la comodidad de su hogar.