La campaña de los Lakers ha sido catastrófica. En lo anímico, en lo deportivo, e incluso en  la imagen que le han dado al resto de la NBA.

Y es que, a pesar de firmar a LeBron James, el equipo ni siquiera se encuentra en puestos de playoffs con solo 18 partidos por jugar.

En este sentido, la dirigencia de los Lakers acusó a otras franquicias de querer sabotearlos, lavándose las manos por su mala gestión desde el inicio del verano.

Los Lakers aseguran que los New Orleans Pelicans filtraron la información de las propuestas de cambio por Anthony Davis para desajustar la química del vestuario angelino, algo que, evidentemente, lograron.

Asimismo, Jeanie Buss, propietaria del equipo, aseguró que las noticias eran falsas, y que todas se habían compartido con la intención de hacerle daño al equipo.

Claro está que los angelinos no son inocentes de todo pecado y que esta no es más que otra matriz de opinión que aspira a despojar a Johnson, Buuss y Pelinka de su responsabilidad como gerentes.

Al final del día, el equipo desperdició una de las últimas temporadas de LeBron James y quedó muy mal ante sus aficionados.