La temporada de Los Angeles Lakers ya está prácticamente sentenciada. El equipo tiene muy pocas posibilidades de llegar a los playoffs y las lesiones han sido una verdadera maldición.

Asimismo, el entrenador Luke Walton no ha podido encontrar la fórmula para revertir esta situación y si a esto le sumamos la mala química del equipo, no hay muchos motivos para seguir compitiendo esta campaña.

Es por eso que los Lakers y LeBron James han acordado reducir sus minutos  por el resto de la campaña, así como no utilizarlo en noches consecutivas.

Esto contradice lo que el Rey prometió hace menos de una semana, cuando indicó que "no se sentaría a menos de que estuviera lesionado".

Por más decepcionante que esto pueda parecer a la mayoría de los fanáticos de la NBA, los números no mienten, y arriesgar a un jugador de 34 años por una posibilidad inferior al 5% de llegar a los playoffs no tiene sentido.

Durante la campaña, James dejó promedios de 27.1 puntos, 8.6 rebotes y 8.0 asistencias por partido.