Este lunes 3 de agosto, uno de los mejores jugadores en la historia de la National Football League (NFL) como es el mariscal de campo Tom Brady cumple 43 años de vida, y muchos los reconocen por sus logros en 20 años de carrera, por sus Super Bowls ganados y por la gran cantidad de récords que ha conseguido.
Pero también será recordado por un partido, que lo puso definitivamente en la carrera por ser de los más destacados de todos los tiempos, y comenzó a pavimentar su camino a convertirse en leyenda de los New England Patriots, para ello hay que viajar en el tiempo unos trece años hacia atrás.
Nos transportamos hasta el 18 de noviembre del 2007, en la semana 11 de aquella temporada, donde los Patriotas visitaban el Estado de Nueva York para enfrentar a los Buffalo Bills. Ese día, todo le resultó al GOAT y jugó un partido que quedará para la historia, donde todo lo hizo bien.
Sólo en ese partido, Brady completó 31 de sus 39 pases para 373 yardas y cinco touchdowns, y en esa temporada logró números infernales, lanzando para 4,806 yardas con 50 touchdowns y ocho intercepciones, permitiéndole ganar su primer trofeo al Jugador Más Valioso de la temporada regular.
"Fue una noche muy fresca de noviembre, la noche perfecta para el fútbol. Cuando pienso en un gran juego, pienso en todo el momento. Estábamos en un bistec tan caliente. Jugamos contra otro equipo que estaba en una buena racha. Pensamos 'hombre, esto va a ser una batalla' e hicimos algo que todavía estoy tratando de repetir hoy", aseguró Brady.
